29 sept 2010

La vuelta al mundo

Hace mucho tiempo que descubrí, gracias a Kireei, a Jackie Rueda. Jackie es una fantástica fotógrafa (para conocer su trabajo pica aquí). Cuando comencé a ver sus fotos, lo primero que pensé fue: "yo quiero vivir en el mundo que fotografía Jackie". Sus imágenes son especiales, frescas, limpias, llenas de luz... incluso me atrevería a decir que hasta huelen bien. Y es que tiene Jackie un don especial para ver lo bello en lo cotidiano.

Jackie creó un grupo en flickr llamado la vuelta al mundo. Llevo mucho tiempo siguiéndolo, pero no ha sido hasta ahora que me he decidido a participar. Cada mes, Jackie propone un tema para que todos los integrantes del grupo, cámara en mano, trabajen sobre éste. La dinámica es la siguiente: se podrá subir en la galería de flickr, una foto al día máximo, o bien el último día de mes subir (si eres bloguero) un post con las fotos realizadas sobre el tema. De esta manera y a partir de este mes, publicaré mi post con las fotos realizadas.

Por cierto, Jackie imparte también u
n curso online de fotografía, del cual leo siempre maravillas, y en el que al fin podré participar el próximo mes de noviembre. Estoy contando los días.

El tema del m
es de septiembre ha sido sillas. Ha sido un tema complicado y lamentablemente he dejado varias ideas en el tintero. Éstas son las fotografías que he realizado.














28 sept 2010

Camafeos nupciales.

Seguimos con nuestra serie de camafeos, en esta ocasión son especiales para bodas. Hemos utilizado una acuarela que hemos diseñado para la ocasión, Novia y Novio bailando el vals. Seguiremos mostrando más camafeos que ya tenemos preparados. Esperamos que os guste.

25 sept 2010

Flores, anillos, tules, arroz y... ¡unos camafeos!

Estamos de enhorabuena. Se casa nuestra vecina y amiga Arancha. Acabamos de verla salir de casa como una princesa renacentista, guapísima, radiante, y haciendo equilibrios sobre unos tacones (se los hemos visto al subirse la falda entrando en el coche) que nos han hecho amarillear, enverdecer de envidia. Y si guapa iba ella, guapas iban también el resto de las mujeres de su casa, sin faltar una.


Sentimos por todas estas chicas un cariño especial, y es que es miembro de esta familia una de esas personas que te encanta encontrar cada mañana, que te alegra el día de verdad, que no abre nunca la boca si no es para soltar una palabra amable, que es toda ella un tratado a la vez de sencillez y buenos modales: nuestra amiga Marisa, con quien hemos compartido muchas horas de parque y guarde.

Arancha ha sido pionera en hacernos un encargo de grandes dimensiones. Ha puesto en nuestras manos la elaboración de los regalitos de la novia a sus invitadas. Y tenemos que decir que ha sido una cliente ejemplar, que ha confiado en nosotras y con la que ha sido facilísimo hacerse entender. Y aquí tenéis el resultado del trabajo.

Un buen montón de camafeos de fieltro, de busto de dama con gorrito y velo en colores surtidos.

Otros tantos collares para niñas en la línea pirujera de bolas de colores y lazo.


Y, por último, unos colgantes para niños con sus iniciales sobre fondo pirata.


La inspiración para esta cajita nos viene de los mercados de Londres, donde suelen vestir de gala unas humildes cajas de fruta para el almacenaje de ramilletes y macetas. Nos pareció fantástico para guardar los regalitos de una novia. Y ella, como con todo, estuvo conforme.


Desde aquí queremos darle las gracias por confiar en nosotras, y por hacerlo de una manera tan despreocupada, cómoda y fácil. Pero, sobre todo, queremos desearle que viva uno de los días más maravillosos de su vida. Ella y todos los suyos. Por aquí ya estamos las Pirujas preparándole un conjurito de felicidad. Enhorabuena.

23 sept 2010

El país de las maravillas

Últimamente andamos un poco liadas con las cositas de Navidad, pero entre unas cosas y otras vamos sacando otras creaciones, sobre todo algunos encargos. Hace tiempo nos encargaron unos camafeos de Alicia, pinceles en mano y acuarelas en la mesa hice los dibujos, pero hemos tenido que esperar un poco a que nos llegaran algunos materiales. Al fin ya están finalizados. Tenemos varios dibujos de otros temas preparados que os iremos enseñando en los próximos días. Esperemos que os gusten.

22 sept 2010

Corazón de melón

Habla Hermana Mayor.
Haciendo la compra semanal de Mercadona, pasé por delante del “stand” de los melones. O mejor dicho, de los medios melones, porque visto el éxito de la idea, debe de ser mucho más lucrativo venderlos así, cortaditos por la mitad. Desde luego, conmigo funciona: antes no solía comprar melones con frecuencia porque siempre una parte de ellos terminaba en el cubo de la basura (y yo apenas podía soportar los remordimientos), pero ahora cae alguno de vez en cuando. La cosa es que, con mi medio melón en el carro, y aprovechando que raramente iba sin niños, me puse a reflexionar-fantasear sobre la idea de a dónde iría a parar la otra mitad de mi melón. Me lo imaginé, por poner un ejemplo, en casa de unos dulces abuelitos, ocupados en racionarlo por miedo al azúcar. Quizá fuera a parar a una casa tipo la mía, compartiendo nevera con alimentos bien pensados para ayudar a crecer a unos niños amados por su familia. O tal vez se encontraría en el domicilio de algún purista de la alimentación, que se encargaría de consumirlo en el momento idóneo y en la combinación perfecta, después de una breve estancia en un frigorífico último modelo y color acero. Imaginé cómo iría a la mesa de algún hogar normalito -mantel de cuadros, cubiertos de mango de pasta- a los postres de una animada reunión familiar, tal vez acompañada por el tedioso soniquete del telediario…


Al final, y sin apenas darme cuenta, después de una escalonada sucesión de mesas, el melón fue poco a poco subiendo de categoría. De repente, vi que no podía soportar que el otro melón, la mitad afortunada, gozase en otro hogar de privilegios que no existían en el mío, y los celos terminaron corroyéndome por dentro. Tenía dos tajadas ya servidas en unos monísimos cuenquitos de plástico de Ikea que utilizan mis hijos para dejar caer al suelo y comer cuando se tercia, cuando la soberbia se adueñó de mí, y, sin controlarme, vacié los cuencos en otros de delicada porcelana alemana, cambié los cubiertos de siempre, los de acero inoxidable, por los de plata de la herencia, y vestí a mis hijos con sus mejores galas para sentarlos a la mesa: manteles de Holanda con bordados de palacio. Mientras yo, con los dedos cargados de brillantes, hacía tintinear una campanita de cristal para que apareciera Bautista, bien acicalado y en compañía de una bandejita de plata, para poner los dos servicios delante de mis tiernos infantes. Y así andaba yo como una zombi por Mercadona, que ya había empeñado todo lo que tenía para pagarme los lujos y no decepcionar al melón, cuando me di cuenta de hasta dónde había llegado. Porque sí, oyes, para no ser menos que el prójimo, por pelusa del vecino, porque mi melón no tuviera nada que envidiar a los otros melones del mundo.


Y es que así somos nosotros. Es muy español esto de vivir por encima de las posibilidades para alardear delante de cualquiera (vale incluso un melón), y para que no salgamos perdiendo al compararnos con el de al lado. Cuántas familias hay corriendo derechitas a vender el anillo de la abuela, no por necesidad, sino para que no se note que estamos pasando por esto de la crisis. Yo conozco algunas.

17 sept 2010

El hábito, el monje y algunos artistas del Este

Habla Hermana Mayor.
Parte de la Historia y Geografía de la que me examiné en Selectividad perdía su vigencia (si es que vale también en el caso de la Historia) ese mismo verano. Aunque todavía existía en parte el coloso que fue la Unión Soviética, es también cierto que por esas fechas andaba empezando, por decirlo en castúo, a caerse a cachos, como una casa abandonada en la adversidad que ha resistido ya todo lo que estaba en su limitada mano. Empezaban a desprenderse algunos de sus miembros víctimas de una lepra bien esperada, pero en aquellos años existía todavía un agonizante bloque del Este bajo la tutela de la Gran Hermana Rusia (y ésa sí que era hermana mayor). De ella, precisamente, desembarcó un día en la Hispalense un pintor cuyo nombre no alcanzo a recordar.

Con el atolondramiento propio de los años, ahí nos fuimos mi amiga y yo para conocerlo. Por supuesto, y por más que lo negásemos, teníamos, por aquellos tiempos, bien arraigado el convencimiento de que el hábito hacía, por dentro y por fuera, al bueno del monje. Yo misma me arrastraba por el mundo envuelta en una capa de lana rústica, el pelo lacio con raya en medio y un tirito bien dao en el centro de la frente. Los tiritos los compraba anualmente en “La India” del Corte Inglés, y eran de terciopelo rojo, autoadhesivos y me daban un airecito étnico que te morías, sobre todo en combinación con la sonaja de collares, la capa franciscana y los botorros gastados. (Y ahora va y dice la revista Marie-Telva que nos liemos a mezclar, oye, como si hubieran descubierto ellos la pólvora del estilo piji-hippy-sevillano de finales de los ochenta y principios de los noventa…) En fin. Era mi amiga menos dada a los disfraces, pero para la ocasión se colocó también algunos pingos que le dieran cierto aire de bohemia. Y con el descuidado atuendo bien seleccionado terminamos aquella noche en La Carbonería, que era el garito de modalternativa del momento, sentada una a cada lado del pintor ruso, que, de vez en cuando me ponía un dedo en la frente y me preguntaba: ¿indian? Y yo venga a decirle que niet al colega, pero daba igual, porque, además de que le hacía ilusión que yo fuera india, la comunicación verbal era imposible por ignorancia idiomática de una y otra parte. Y digo verbal porque, al contrario que su nombre, todavía recuerdo sus cuadros, que hablaban por sí solos, y que eran oscuros y envueltos en un aura de pesimismo al que éramos entonces bien aficionadas nosotras dos. Y también oscuro venía él, enfundado en una chaqueta de chándal de las de raya en la manga tipo Adidas que en aquella época era poco menos que un insulto. Bien recuerdo que se nos cayeron los palos del sombrajo cuando lo vimos de semejante guisa, nosotras, tan preocupadas por la bohemia de nuestras carrocerías. Y que sentí lástima.

Como en tantas otras cosas, la iluminación te llega con los años. Y es que entonces no fui capaz de entender todo el significado de aquella lástima que andaba rebotándome por dentro. Me imagino que pensé que aquel hombre carecía de los recursos para comprar un atuendo más vistoso, pero no se me ocurrió pensar nada acerca de la miseria de su entorno, que iba mucho más allá de lo material que a mí tanto me preocupaba. Con los años he empezado a vislumbrar lo que había detrás de aquella chupa de chándal, la otra cara de la realidad del horror de tan zafio atuendo, que no era sino una diapositiva a través de la cual no me paré a mirar lo terrible de la vida de los artistas del Telón de Acero, siempre en el filo de la navaja, en el punto de mira, en el peligroso trapecio del caer en la gracia o desgracia del sistema per fas et nefas (lo siento, no puedo resistirme a un latinajo). Y es que este año me han contado tres historias de esa realidad: la primera, mi admirado Kadaré, con su novela Spiritus, las otras dos han sido las películas La vida de los otros (desde que soy madre llevo el cine con bastante retraso) y El concierto. Son tres historias muy diferentes, como lo es la manera de contar cada una de ellas: trágica, cómica, desafortunada, esperanzadora, incluso tétrica… Pero tienen en común la persecución al artista y su entorno, la tela de araña del sistema que no deja escapar al más brillante, la lucha entre el compromiso y el sometimiento, el miedo y la valentía, y, por encima de todo, una pavorosa injusticia adulada por la ignorancia… Y ahora va Fidel y nos sale con eso de que el sistema ya no le funciona. Fíjate, como cuando el Vaticano nos canceló el Infierno. ¿A quién vamos ahora a pedir disculpas?

15 sept 2010

Primer sorteo La Aguja Piruja


E aaaaEstábamos deseando poner este post, pero entre unas cosas y otras, encarguitos vuelta al cole… nos iban pasando los días. Ahora ha llegado el momento, y así lo anunciamos a bombo y platillo. La Aguja Piruja se pone sus mejores galas, para sortear entre todos nuestros seguidores un collar. Para que no haya malentendidos os enumeramos las reglas:

1. Imprescindible ser seguidor de nuestro blog.


2. En el caso de tener blog, no es imprescindible que anunciéis nuestro sorteo, pero aquellos que lo hagan tendrán doble participación en este (en este caso avisad cuando os apuntéis y poner el link para que sea más sencillo para nosotras)


3. La forma de participar es la habitual: habrá que dejar un comentario en este post apuntándose, y dejando una dirección de e-mail de contacto.


4. El sorteo se realizará el viernes día 8 de octubre (salvo contratiempos).


5. La fecha límite para apuntarse es el día 8 a las 8h de la mañana.


6. Por razones de envío, sólo podrán participar personas que vivan en la Unión Europea. De todas formas si no es vuestro caso y estáis interesados mandad un e-mail para ver si podemos solucionarlo de alguna forma.


7. El ganador podrá elegir entre uno de los tres collares que os presentamos.


Esperamos no dejarnos nada, que somos novatillas en estos temas.

Muchísima suerte a todos.




7 sept 2010

Gracias Judit del Taller de Baöbab

¡Taller de Baöbab! Nos ha concedido un premio. Muchísimas gracias Judit, nos ha encantado, y más viniendo de ti. El Taller de Baöbab es un lugar con un encanto especial, lleno de ternura, de sueños, de dulzura...el reflejo de su creadora que ha sabido canalizar en sus creaciones, ese espíritu de algodón de azucar, esponjitas y frescura de limón. Muchas gracias nuevamente.

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